La película de 35 milímetros ha sido el formato de negativo más utilizado en todo el mundo tanto en cine como en fotografía, pero según un informe presentado por la firma londinense IHS Technology, revela que 9 de cada 10 salas de cine en todo el mundo han cambiado el formato tradicional al nuevo estándar digital.
El cine en 35mm es una herencia que quedó de la fotografía y que tuvo grandes revoluciones como la reproducción del sonido y la captura del color en las películas. Su nombre viene de que el negativo es cortado en tiras que miden 35 milímetros de ancho y, según la norma, debe llevar cuatro perforaciones por cuadro o fotograma en ambos lados, para que la película se reproduzca a 24 fotogramas por segundo.
El cine en 35mm es una herencia que quedó de la fotografía y que tuvo grandes revoluciones como la reproducción del sonido y la captura del color en las películas. Su nombre viene de que el negativo es cortado en tiras que miden 35 milímetros de ancho y, según la norma, debe llevar cuatro perforaciones por cuadro o fotograma en ambos lados, para que la película se reproduzca a 24 fotogramas por segundo.
En 2014, aproximadamente 16.360 salas de cine se pasaron al sistema digital, lo que supuso un incremento de un 14,7 % respecto al año anterior. Más de un 72 % de las nuevas instalaciones cuentan con capacidad para proyectar películas en 3D.
En total, según IHS Technology, en el mundo existen 127.688 cines que ya se han pasado al formato digital.
Con la nueva tecnología se puede proyectar imágenes clarísimas, vívidas, de gran calidad cinematográfica, y un sonido envolvente. Sin embargo, según Gustavo Castaño, documentalista, y Oswaldo Osorio, crítico, las mayores ventajas son económicas.
Es más barato hacer cine en el nuevo formato. Rebaja los costos del rodaje. Los rollos de película virgen son costosos; de las cámaras, ni hablar. “Ahora, en cambio, con una cámara digital de 8 millones de pesos o menos, se puede rodar una película —indica Osorio—. Incluso, con un iPhone.
Con el sistema digital, el realizador, sin terminar de grabar, puede ir editando lo que lleva, sin esperar a revelar para ver la calidad. “Una película en este formato no se corta, ni se raya”, añade Castaño.
Los países que experimentaron la conversión de un mayor número de salas de cine al sistema digital en 2014 en términos absolutos fueron China, EE.UU., México, Brasil, Rusia, Italia y Turquía, si bien en términos relativos (porcentaje de crecimiento) el incremento más notable se produjo en América Latina.
En Centro y Suramérica la penetración de la tecnología digital en las salas de cine se sitúa actualmente en un 86,4 %, un porcentaje ligeramente superior al de Europa del Este y la región de Asia y Pacífico (sin incluir India), ambos con un 83,3 %.
Grandes exhibidores como Cine Colombia, Royal Film, Procinal, Cinemark y Cinépolis están terminando su cambio. Las pequeñas salas tienen más dificultades para ponerse al día. Un proyector digital, barato y de mínima calidad, no baja de 60 mil dólares.
Esta situación ha conllevado a directores de cine como Quentin Tarantino a opinar “hasta donde yo sé, la proyección digital y los DCP (paquetes de cine digital) son la muerte del cine como yo lo conozco”.
Por: Maritza Ariza – @MariArizaC
Publicar un comentario